Poder y control en las relaciones humanas. Por Amneris Mazzeo

Poder y control

en las relaciones humanas:

Un enfoque desde el Counseling


A veces, pareciera que todo lo de afuera —las voces que gobiernan, los mensajes que circulan, las expectativas que se imponen,— intenta dominarnos. Otras veces, somos nosotros quienes sentimos una urgencia por controlarlo todo. ¿Cuántas veces cargamos con el peso de lo que les pasa a los demás? ¿Cuántas veces culpamos a otros —o a las circunstancias— por lo que nos ocurre?

Hoy quiero hablar sobre poder y control: esas dinámicas, conscientes o no, mediante las cuales buscamos influir en nuestra vida y en la de los demás. Me refiero a las maniobras, estratégicas y tácticas, a sabiendas o no, por medio de las cuales se busca y se obtiene, se comparte o se abandona, el poder y el control sobre la propia vida y la vida de los demás. Me refiero al lugar donde se encuentra el poder para tomar decisiones: ¿Quién toma las decisiones, consciente o inconscientemente, que regulan o controlan los pensamientos, sentimientos o comportamientos de otros o de uno mismo? y ¿cómo impacta esto en el proceso de counseling?

Poder de dominio vs. poder de potencia.

En mi formación como counselor, aprendí estos dos conceptos que me gustaría compartir con ustedes:

  • Poder de dominio: Es el poder que impone, coacciona o controla —sobre otros o incluso sobre uno mismo—.

  • Poder de potencia: Es la capacidad de ser y hacer, la fuerza interna para elegir y actuar desde la autonomía. 

El dominio no siempre es evidente: a veces se ejerce de formas sutiles, incluso con buena intención. Por ejemplo, cuando un familiar nos dice "deberías hacer esto" para "ayudarnos", o cuando un amigo insiste en solucionarnos un problema tomando las riendas. En esos gestos —sin mala intención— hay un intento de controlar lo que el otro debe hacer, en lugar de acompañarlo a encontrar sus propias respuestas.

La paradoja: cuanto más se ejerce este poder de dominio (aunque sea "por tu bien"), menos espacio queda para que el otro ejerza su poder de potencia —esa capacidad única de cada persona para decidir, crear y avanzar a su modo—.

¿Buscamos salvadores o soluciones mágicas?

En ese momento en que la vida parece un laberinto sin salida, anhelamos que aparezca alguien —un gurú, un counselor, un terapeuta o incluso ese influencer con su video "lo-soluciona-todo"— que nos dé la fórmula mágica. Nos pasa: miramos afuera buscando claves, siguiendo consejos bienintencionados de amigos ("a mí me funcionó esto"), recetas de autoayuda o frases inspiradoras... pero al final, nada cambia. O peor: nos sentimos más frustrados, porque las respuestas de otros rara vez calzan con nuestra verdad.

Y entonces, en esa vulnerabilidad, llegamos al Counseling. A veces, incluso con la secreta esperanza de que el profesional nos diga qué hacer, de entregarle nuestro poder ("resolvelo por mí"). Pero aquí está la cuestión: ¿qué ocurre si quien nos acompaña acepta ese rol de "salvador" y ejerce poder de dominio sobre nosotros? Puede pasar incluso con las mejores intenciones, pero el resultado es el mismo: nos desconecta de nuestra propia sabiduría.

El Counseling no directivo: Un espacio para recuperar tu poder de potencia.

Desde el Enfoque Centrado en la Persona, trabajamos de manera no directiva. Esto significa que, como counselors:

  • No damos consejos ni interpretaciones, porque confiamos en que vos sos el experto en tu vida.

  • Acompañamos desde la escucha activa, la empatía y la aceptación incondicional, creando un espacio seguro para que explores, te reconozcas y reconectes con tu poder de SER y HACER.

  • Creemos en tu autonomía: Las respuestas no están afuera, sino dentro de ti. A veces las olvidamos o las enterramos bajo miedos y presiones externas, pero siguen ahí.

Un deseo para nuestras relaciones.

Nos deseo muchas relaciones en las que podamos confiar unos en los otros, y acompañarnos a empoderarnos - a fortalecer nuestro poder de potencia-, a, siempre, recordarnos que nosotros mismos somos quienes mejor sabemos las respuestas de cómo seguir nuestro camino. A veces, olvidamos que tenemos las herramientas, otras veces, parecen estar muy escondidas, pero confiemos en que allí están, y ayudémonos unos a otros a confiar y a SER nosotros mismos.

Empoderémonos. Acompañémonos. Confiemos en que cada uno lleva dentro su propia brújula. Creo que es lo mejor que tenemos para ofrecernos unos a otros.





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