Cuando el amor se confunde con necesidad. Por Mercedes Azcárate
CUANDO EL AMOR SE CONFUNDE CON NECESIDAD.
Un camino hacia la libertad emocional
Por: Mercedes Azcárate
"El apego es una forma de adicción emocional:
el dependiente no concibe su vida sin la otra persona,
y su bienestar gira en torno a esa presencia."
— Walter Riso
Este texto amplía algunas ideas desarrolladas por mi colega Alejandra Morales en su artículo sobre apego afectivo; más específicamente cuando habla de "apego inseguro o ambivalente", también disponible en este blog. Retomo especialmente esa noción para profundizar en cómo se vincula con la dependencia emocional y con el camino hacia una libertad interna más amorosa.
La dependencia emocional suele
disfrazarse de amor, pero nace del miedo y de historias personales que nos
enseñaron a vincularnos desde la necesidad. En este artículo, comparto algunas
reflexiones sobre cómo empecé a recorrer el camino de vuelta hacia mí misma, y
cómo herramientas como el counseling, la escritura y muchas más, pueden abrir
nuevas formas de estar en el mundo.
La dependencia emocional es un lazo invisible que, lejos de unir desde el amor, ata desde el miedo. Miedo a la soledad, al abandono, al rechazo. Muchas veces se disfraza de amor, pero en realidad responde a patrones aprendidos, donde el vínculo con el otro se convierte en una forma de validación personal.
Hay quienes, al mirar hacia atrás, descubren que aprendieron a amar confundiendo afecto con disponibilidad total, y cariño con necesidad. En algunos hogares, una madre o un padre puede haber sido tan temeroso de la pérdida, que sostuvo a sus hijos demasiado cerca, impidiéndoles explorar el mundo con libertad. Esa cercanía, aunque amorosa, a veces enseña que el amor implica sacrificio, renuncia, o incluso fusión.
Más adelante, esa forma de vincularse se
traslada con facilidad a las relaciones de pareja. Muchas personas repiten el
patrón de dejarse a un lado para adaptarse al otro, creyendo que eso es amar.
Frases como “él es todo para mí” pueden parecer románticas, pero esconden una
renuncia profunda al propio ser. Cuando alguien se convierte en todo, una/o misma/o desaparece.
"Aprender a soltar no significa que no nos importe. Significa
que dejamos de intentar controlar lo que no nos corresponde."
— Melody
Beattie
Reconocer este tipo de dependencia no es fácil.
A menudo se descubre a través del sufrimiento repetido: vínculos que dejan
vacíos, ansiedad por agradar, necesidad de constante validación. Entonces,
aparece una pregunta: ¿es posible vincularse desde otro lugar?
Y un día comienza el proceso de cambio
Muchos comienzan su camino cuando el dolor se
vuelve insostenible. Buscar ayuda —a través de terapias, procesos de
autoconocimiento o espacios de acompañamiento emocional— puede abrir puertas
internas que estaban cerradas.
Ciertas prácticas que fui eligiendo desde una necesidad personal -cada una debe buscar la suya- y el counseling me resultaron recursos valiosos para
mirar mi historia con otros ojos y empezar a encontrar nuevas formas de ser y
de estar en el mundo. No fue de un día para el otro, pero fueron herramientas
que me ayudaron a soltar estructuras que ya no me servían.
Y en ese camino, la escritura fue, y sigue
siendo, una gran aliada. Escribir me permitió entenderme mejor, encontrar
sentido a lo que sentía, y muchas veces, simplemente soltar. Las palabras
ordenan, reparan, abren. A veces no se trata de encontrar respuestas, sino de
dejar que algo de lo que duele tenga un lugar.
Aprendemos
Con el tiempo, se va comprendiendo que amar no
es desaparecer en el otro. Que no se trata de salvar a nadie ni de esperar ser
salvado. Se aprende que la soledad no es vacío, y que el valor personal no
depende de ser elegido por alguien más.
"El amor maduro dice: ‘Te necesito porque te amo’. El
inmaduro dice: ‘Te amo porque te necesito’."
— Erich Fromm
Este cambio de mirada es clave. Porque el amor
que nace de la necesidad no es amor, es carencia. El amor sano permite ser uno
mismo, sin dejar de estar acompañado.
Reflexionemos:
Muchas personas que transitaron este proceso
dicen que aún se sorprenden de lo lejos que llegaron. No porque todo esté
resuelto, sino porque aprendieron a quedarse consigo mismas, incluso en los
días en los que cuesta hacerlo.
No es debilidad necesitar amor. Pero sí puede ser debilitante creer que el amor solo llega si se calla, si se achica, si se adapta. Poder verse con ternura, abrazarse con compasión, y hacerse lugar —aun cuando hay miedo— es ya un acto profundo de sanación.
Si sentís que te perdés en tus relaciones, que
te olvidás de vos para sostener al otro, quizás este sea un momento para volver
a mirarte. Acá algunos consejos que pueden acompañarte:
- Pedí ayuda. Un
proceso terapéutico puede ser el comienzo de una transformación real.
- Escribí. Es
una herramienta poderosa para comprenderte y dejar salir lo que duele.
- Observate con ternura.
Estás aprendiendo, y ese solo hecho ya es un acto de amor propio.
- Probá distintas prácticas. Buscá
lo que conecte con tu historia.
- No te abandones. Si
tenés que dejar de ser quien sos para que te quieran, ahí no es.
Para terminar:
Recuperarse de la dependencia emocional es un
camino posible, aunque no sea inmediato ni perfecto. Habrá avances, retrocesos
y días nublados. Pero hay algo que cambia para siempre cuando una persona se da
cuenta de que puede elegirse, sostenerse y amarse.
Buscar ayuda, acompañarse y recordarse en
construcción es un acto de valentía. Y también, aunque duela, una forma hermosa
de amor.
Me parece muy interesante relacionarlo con la propósito 5 de la teoría de la personalidad de C. Rogers
ResponderEliminarGracias por compartir el aprendizaje y las reflexiones y por el aliento a esa posibilidad de cambio.
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