CUANDO LAS PALABRAS NO AYUDAN: LA DIFICIL TAREA DE EXPLICAR QUÉ ES EL COUNSELING Por Susana G. Bruzza

 Cuando las palabras no ayudan:
la difícil tarea de explicar qué es el counseling


Por Susana G. Bruzza 

¿Counseling? ¿Consultoría Psicológica? ¿Desarrollo Humano? En Argentina, decir “Counseling” genera una serie de interrogantes sobre su significado y alcance. Este artículo es una breve introducción que pretende aclarar el origen del nombre y los desafíos semánticos que conlleva, marcando una línea de partida para quienes se interesan en la carrera y en los servicios profesionales que ofrece.


Un nombre que viene de lejos

La palabra counseling tiene su origen en el inglés y se popularizó en Estados Unidos a mediados del siglo XX. Si bien una traducción literal podría ser “asesoramiento”, este término no abarca la esencia de la práctica: un acompañamiento humanista, no directivo y centrado en la persona.

En el mundo anglosajón, el término counseling quedó fuertemente asociado a esta forma de acompañamiento emocional y existencial, diferenciándose tanto de la psicoterapia clínica como de otras formas de guía o intervención. Desde allí, la palabra viajó a distintos países y fue adaptándose a contextos culturales diversos, a veces con nombres diferentes, otras veces manteniendo el original.

 

En Argentina: traducciones, confusiones y redefiniciones

En nuestro país, en 1998, el Ministerio de Educación reconoce el counseling como una carrera terciaria no universitaria. Sin embargo, al oficializarse, se optó por traducir el término como “Consultoría Psicológica”, un nombre que genera malentendidos porque remite al campo de la psicología —con la que el counseling no comparte incumbencias clínicas—. 

Así, desde sus inicios en Argentina, el Counseling carga con una dificultad semántica: ningún nombre parece representar con exactitud lo que esta profesión propone. Pensarlo como “asesoramiento” es reducirlo a dar consejos, a una guía puntual y directiva. Pensarlo como “consultoría psicológica” es inducir a pensar en diagnósticos o tratamientos, o incluso a imaginar una versión reducida o de menor jerarquía de la psicología, dentro del campo de la salud mental. Esta percepción no solo es errónea, sino también injusta, porque invisibiliza la profesión y la profundidad del trabajo que realiza un counselor. Por otra parte, el término en inglés también puede parecer ajeno, elitista o poco claro para muchas personas, especialmente en contextos donde el acceso al lenguaje técnico no está garantizado.



 

El cambio de título: una oportunidad para repensar

A partir del ciclo lectivo 2025, los egresados ​​de la carrera recibirán el título de Técnico Superior en Desarrollo Humano". Esta modificación responde, por un lado, a la normativa que impide el uso de palabras en otros idiomas en los títulos oficiales. Pero también refleja una intención más profunda: evitar asociaciones terminológicas que puedan prestarse a una confusión con otras disciplinas, en particular aquellas ligadas al campo de la psicología clínica. El nuevo título busca poner el foco en aquello que define con mayor precisión esta práctica: el acompañamiento centrado en la persona, orientado al autoconocimiento, al desarrollo de potencialidades y la transformación vital, sin necesidad de un marco terapéutico o diagnóstico.

 

Nombrar para dar sentido

Las palabras importan. Nombrar algo le da existencia social. En el caso del Counseling, la forma en que lo nombramos influye en la percepción social de la disciplina, su nombre puede ser una barrera, pero también una oportunidad. Quizás lo más importante no sea tanto traducir el término de manera literal, sino entender y encarnar lo que significa: acompañar a las personas en su proceso de crecimiento y empoderamiento, sin encasillarlas ni reducir su experiencia a una serie de diagnósticos.

Este artículo es apenas una puerta de entrada. En las próximas entregas abordaremos con más profundidad qué es el Counseling, cómo se diferencia de otras disciplinas, cuál es su historia y qué lugar puede ocupar hoy en nuestra sociedad. Pero antes de seguir, valía la pena detenernos en el nombre. Porque, como suele pasar en la vida, entender cómo llamamos a las cosas nos ayuda a comprenderlas mejor.

 

¿Qué piensas cuando escuchas las palabras counseling, consultoría psicológica o desarrollo humano? ¿Alguna te resulta más cercana o clara?

¿Cómo piensas que influye el nombre de una profesión en la forma en que la sociedad la percibe?

¿Qué desafíos crees que enfrentamos hoy quienes ejercen o estudian Counseling a la hora de explicar qué hacemos?




Comentarios

  1. Hola Susana me pareció un artículo que establece claramente la diferencia del Counseling con otras disciplinas. Además, valientemente admite y da razones de su compleja
    definición pero nos aporta los elementos claves de su especificidad. Espero la próxima entrega.

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