"Te regalo un Cuento" por Clr.Alejandra Morales
En este cuento podrás relacionar los 4 tipos de apego del artículo publicado el 14 de abril ( https://www.blogger.com/blog/post/edit/345116684526812220/6650847619335903657 )
con personajes tan reales como nosotros.
“Modos de querer”
Había una vez un grupo de amigos que se conocía desde la infancia: Clara, Martín, Lucía y Tomás. Se reunían cada tanto para ponerse al día y hablar de la vida. Una tarde, se sentaron en una plaza después del trabajo y la charla, sin querer, giró en torno a sus relaciones.
Clara fue la primera en hablar:
—Con mi pareja me siento bien. Puedo contarle lo que me pasa, y si discutimos, sé que vamos a poder hablarlo. Me gusta tener mi espacio, y también estar con él. Siento que confía en mí y yo en él.
Los demás sonrieron. Clara había crecido con adultos que la habían escuchado, sostenido y alentado a expresar lo que sentía. Eso le había enseñado que era valiosa y que podía confiar en los demás.
( apego s-g-r-)
Después habló Martín, un poco más inquieto:
—Yo, en cambio, siempre tengo miedo de que me dejen. Si no me responden un mensaje, ya pienso que hice algo mal. Me cuesta confiar, necesito estar muyyy cerca, pero al mismo tiempo eso agobia a la otra persona… y eso me pone peorrr.
En su infancia, Martín a veces se sintió querido y otras veces ignorado. Esa imprevisibilidad le generó ansiedad y dudas sobre su valor y sobre si los demás estarían ahí cuando él los necesitara. ( apego a-s-o-o)
Lucía suspiró y dijo:
—Yo trato de no depender de nadie. Me cuesta hablar de lo que siento. Si tengo un problema, prefiero resolverlo sola. Me incomoda cuando alguien se pone demasiado emocional o me quiere demasiado cerca.
Lucía aprendió, quizás desde muy chica, que mostrar su vulnerabilidad no era seguro ó que si se expresaba podía molestar con sus emociones. Entonces, había construido una independencia que también escondía miedo al rechazo. (apego e-p-t-c-)
Tomás, que había estado muy callado, agregó:
—Yo no entiendo bien lo que me pasa. A veces necesito estar con alguien, pero después me dan ganas de huir. Confundo el cariño con miedo, y cuando alguien se acerca mucho, me bloqueo. Me cuesta confiar, pero también me duele estar solo.
Tomás estuvo marcada por vínculos donde el amor y el miedo se mezclaban todo el tiempo. Tal vez hubo violencia, abandono o confusión emocional, lo que dejó marcas a la hora de relacionarse.
(apego d-s-r-e-a-d-)
El grupo quedó en silencio. Cada uno se quedo pensando en su historia, sus vínculos, sus modos de querer y de dejarse querer.
Entonces Clara dijo algo que los dejó pensando a todos:
—Capaz lo importante no es quedarnos pegados al tipo de apego que hemos tenido, sino más bien , darnos cuenta de cómo queremos amar y ser amados hoy. ¿No les parece?
Lucía asintió:
—Y atrevernos a sanar, aunque nos lleve tiempo.
Y así, esa tarde de charla en la plaza se volvió el comienzo de un nuevo modo de mirar sus vínculos: con más conciencia, más ternura, y más libertad.
Y en tu historia, ¿Cómo es?
¿Qué clase de vínculos construís en tu vida hoy?
¿Qué clase de vínculos te gustaría mejorar?
Te escucho.....
Buenísimo! Una manera muy creativa de contarlo que le permite a uno simpatizar con este tipo de situaciones y sensaciones.
ResponderEliminarMuchas gracias Tomas. Es interesante vernos que apegos creamos a nuestro alrededor. Te seguimos escuchando....
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