El Mito Personal: La historia que nos contamos. Por Mercedes Azcárate

 

El mito personal: la historia que nos contamos... 

nos limita o nos libera

Todos tenemos una historia que nos contamos sobre quiénes somos. A veces la repetimos sin darnos cuenta, como un murmullo de fondo que guía nuestras decisiones, nuestras emociones y hasta nuestras relaciones. Es una historia que suele tener un origen, una trama, un papel asignado. Y aunque muchas veces no la escribimos conscientemente, la vivimos como si fuera una verdad.

Podríamos llamarla mito personal. No como sinónimo de mentira, sino como ese relato fundante que da sentido a lo que creemos que somos.

¿Qué es un mito personal?

Un mito personal es una narrativa interna que nos da una identidad: "soy la que siempre ayuda", "soy el que nunca logra lo que quiere", "soy la fuerte", “soy el que siempre está en segundo plano”, "soy la que molesta si pide", "soy el que siempre decepciona". Es una mezcla de experiencias, mensajes que recibimos de chicos, creencias familiares y respuestas emocionales que se fueron organizando como una estructura invisible, pero poderosa.

No nos lo decimos con estas palabras, pero lo sentimos: que tenemos que ser de cierta forma, que no podemos corrernos de ese guión sin perder algo. Como si estuviéramos condenados a interpretar un personaje de por vida.

¿Qué papel te toca "siempre" interpretar?

Tal vez seas el salvador, el que carga con todo, el que no puede parar.
O la que se esconde, la que no quiere molestar, la que espera.
El que necesita destacarse todo el tiempo para sentir que vale algo.
La que no se permite fallar nunca.

Estos relatos pueden darnos una falsa seguridad. Son lo conocido. Pero también pueden limitarnos: nos atan a respuestas automáticas, nos alejan de la espontaneidad y, muchas veces, del deseo real.

El mito como destino… ¿o como punto de partida?

El problema no es tener una historia, sino creer que no podemos escribir otra.
Nuestro mito personal empieza como una respuesta creativa frente a lo que vivimos. Pero si no lo cuestionamos, termina volviéndose una jaula.

¿Y si te animaras a mirarlo de frente? ¿A reconocer qué narrativa te gobierna sin que la hayas elegido del todo?

Podés empezar por una pregunta simple, pero poderosa:

¿Qué historia me estoy contando sobre mí mismo/a últimamente?

Y después, una aún más liberadora:

¿Sigo queriendo ser ese personaje?

Reescribirnos es posible

Cambiar el mito no significa borrar todo lo anterior. Significa volver a tomar el lápiz. Darle voz a partes nuestras que estaban en silencio. Permitirnos nuevos papeles, nuevos finales, nuevas versiones.

Un ejercicio que podés probar:

Escribí tu historia como si fueras un personaje de ficción.
Pero esta vez, uno que toma conciencia de que está repitiendo un destino y decide romperlo. ¿Qué hace? ¿Qué elige distinto? ¿A quién deja de complacer? ¿A qué se anima?

No se trata de negar el pasado, sino de reconocer que no nos define del todo. Que podemos usarlo como materia prima para algo nuevo.

Pensemos

No sos solo la historia que te contaron. Tampoco sos solo la que te contás.

Sos también la posibilidad de una trama distinta. Una que no te limite, sino que te refleje con más verdad.
Una que puedas escribir desde donde estás hoy, sin tener que esperar un final perfecto para empezar.

Un poco de Counseling

El mito personal se parece, en muchos aspectos, a la noción de “yo” en el enfoque del counseling. Ambos son construcciones internas que organizan nuestra identidad y guían nuestras elecciones, muchas veces de forma automática. Se forman a partir de experiencias, mandatos y creencias, y pueden volverse estructuras rígidas si no se revisan. La diferencia sutil es que el mito personal enfatiza el relato simbólico y narrativo, mientras que la noción de “yo” en counseling se centra más en la vivencia emocional y en el contacto con el self. Pero en ambos casos, la posibilidad de transformación está en reconocernos autores de nuestras propias historias.Principio del formulario

 

¿Te animás con el ejercicio? Te leemos…🌱


Clr. Mercedes Azcárate


Comentarios

  1. que posibilidad esperanzadora que podamos usar ese pasado como materia prima para algo nuevo. Derrumbar esos mitos requiere de valentía. gacias por el estímulo de animarse con pequeños pasos a tomar conciencia.

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    1. Si, ser creativos y curiosos con nosotros mismos. Gracias!

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